No todo puede ser montaña en Vietnam, también hay espacio para el mar. Después de subir y bajar cerros y pasar algo de frío en el norte del país, no hay mejor idea que avanzar al este, hacia la costa del Golfo de Tonkin.
Desde Haiphong cogí un ferry a la isla Cat Ba, un lugar de diversión y bares estilo balneario de verano, lo ideal es pasar por ahí rápidamente y aventurarse rumbo al mar en algún barco junker, típico de la zona.
Explorar la bahía de Halong y sus cientos de islas desparramadas es como viajar en otra dimensión. Parece cómo si en cualquier momento surgirá algo fuera de este mundo. Tal vez un barco fantasma o una inmensa ballena prehistórica… en realidad detrás de cada islote hay un islote más y otro y otro, así hasta el infinito. Es una interminable cadena de rocas que parecen flotar en un espejo.
La piedra caliza de las islas le da el color esmeralda al agua y la niebla que se instala al atardecer el aire de misterio de película de piratas. La bahía podría ser el escenario perfecto de cualquier sueño extraño.
Reblogueó esto en Zenaida Wheelsy comentado:
Reconectando con Vietnam
Algo «peor» que dormir en la cubierta de un barco, es que te llueva mientras duermes. Aunque cara de sufrimiento, no haces 😉
La verdad es que no se duerme mal bajo las estrellas 🙂